Hijos de la luz (cap.1)

" El despertar "

Al principio de los tiempos la nada lo envolvía todo y la oscuridad reinaba en el universo. El silencio era infinito hasta que un fenómeno conocido por el ser humano como "big bang" lo rompió bruscamente y todo cambió. La enorme explosión originó la expansión del universo y tuvo grandes consecuencias, como la creación de las galaxias, con sus planetas, sus sistemas solares, su luz, su vida... esta es la historia de la eterna lucha entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad o como la nada intenta volver a cubrirlo todo con su oscuro y frio manto de tinieblas.
En un planeta desconocido para el hombre situado en otro sistema solar, hace miles de años terrestres, dos de sus habitantes huyen por un frondoso bosque cubierto de espesa vegetación . Los dos seres corren incansables intentado escapar de su perseguidor, buscando un sitio seguro donde esconderse, donde recuperar fuerzas para la lucha a la que saben que están destinados. Saben quienes son, saben cual es su misión y sobre todo, conocen a su enemigo, y saben que en este momento él es más fuerte. No deben precipitarse, de ellos depende el futuro del universo entero. Dejadme que yo, el narrador de esta historia, os traduzca sus palabras a vuestro idioma...
Rápido, rapido, no podemos dejar que nos alcance, aqui estamos desprotegidos - dijo el ser mas alto, al que podríamos considerar un hombre si tomamos a la raza humana como ejemplo. Aquel ser uso sus cuatro brazos para ayudar a levantarse a su compañera del suelo, mientras miraba a su alrededor levantando sus largas orejas, agudizando el oido, manteniéndose alerta. La mujer miró a su pareja intentando respirar. Llevaba tanto tiempo corriendo que parecía que el aire se espesaba en sus pulmones impidiendo que entrara más cantidad en ellos. Aquel ser entendió la mirada de su pareja y sin dudarlo la cargo a su espalda y salió corriendo, dando grandes saltos.
No dejaré que te pase nada Yiremma, saldremos de esta - dijo aquel ser
Sé que harás todo lo posible, Jorím - respondió ella abrazando a su pareja con sus cuatro brazos - nunca me has fallado, pero quiero que sepas que si no lo conseguimos...
No digas eso, tenemos que lograrlo, no quiero escucharte decir eso - le interrumpió Jorim
Te quiero, siempre te he querido, sé que nuestros destinos estaban unidos desde que nacimos, que era inevitable nuestro encuentro, pero estoy segura que si te hubiera conocido en otras circunstancias...
Guarda tus fuerzas, tendrás tiempo de decirme lo mucho que me quieres cuando estemos a salvo y pueda corresponderte como es debido - Jorim volvía la vista atras intentando localizar a su perseguidor - pero que te quede claro que siento lo mismo por ti.
Yiremma abrazó aún mas fuerte a Jorim y una sensación de paz y tranquilidad invadió su cuerpo, relajándola, haciéndola olvidar el motivo por el que escapaban.
De pronto un ser salió de las sombras golpeando a Jorim, provocando que los dos seres cayeran y se golpearan violentamente contra el suelo. Jorim se levantó apresuradamente, mirando con odio al ser que le había golpeado, protegiendo con su cuerpo a su amada para que no le pasara nada. Daría la vida por ella, era algo que no dudaba lo mas mínimo y se entregaría al 100%.
Es inutil que intenteis escapar de mi - dijo aquel ser caminando hacia ellos - este será vuestro fin.... hay un eclipse, no teneis poderes, la luz no os ayudará esta vez...
Jorim salió corriendo agarrando a aquel ser por el cuello con dos de sus manos mientras con las otras dos le golpeaba violentamente una y otra vez. Sus manos le dolían con cada golpe, como si se rompieran en mil pedazos, pero aquel dolor no superaba al amor que sentía por Yiremma.
¡No permitiré que le hagas nada! ¡no tienes derecho a hacerlo! - le gritó, enrojecido por la rabia, dejando el alma en cada golpe. Aquel ser sólo emitía carcajadas, como si no le afectaran los golpes.
Te equivocas - respondió sujetando las cuatro manos de Jorim y apretándolas con fuerza hasta el punto de escucharse el crujir de sus huesos rompiendose - tengo todo el derecho, nací para ello, fui concebido por la oscuridad para tal fin.
De una sacudida lanzó a  Jorim por los aires golpeándolo brutalmente contra un enorme árbol. Con una de sus manos se limpió algo parecido a la sangre humana pero de color verde que le salía por los orificios de su cara y comenzó a andar hacia Yiremma, manteniendo una mirada fria, sin sentimientos.
Si este es mi final, que asi sea, pero por favor, no le hagas más daño a Jorim - dijo Yiremma desde el suelo. No se podía mover, con el golpe le dolía todo el cuerpo y tenia más de un hueso roto. Se había rendido.
No me pidas algo que sabes que no voy a hacer - dijo aquel ser. Al extender sus cuatro brazos aparecieron de la nada cuatro armas afiladas, negras, sin brillo, una especie de espadas capaces de cortar hasta el metal mas duro. Las agarró fuertemente con sus manos y las dirigió hacia Yiremma mientras las agitaba en el aire emitiendo un zumbido ensordecedor.
Habeis perdido, no habrá nacimiento, la oscuridad seguirá expandiéndose por el universo para dejar sitio a la nada - aquel ser alzó sus manos - prepárate para reunirte con tu creador...
De pronto Jorim apareció golpeando a aquel ser con una roca, derribándolo a la vez que dejaba caer una de sus armas. Jorim la recogió del suelo. Mientras la sujetaba, un inmenso dolor se apoderaba de su mano, ascendiendo por su brazo, haciendo que su piel cambiará de color tornándose gris, como si aquel arma se protegiera contra Jorim inyectándole su oscura maldad, envenenando su cuerpo.
¿Sientes el poder de la oscuridad? ¿te gusta como invade tu cuerpo? - preguntó aquel ser - acabas de firmar tu sentencia de muerte, en cuanto la oscuridad penetre en tus corazones, estallarán en mil pedazos.
¿A quien le debo el placer de mi muerte? - preguntó Jorim - ¿por quien debo preguntar en el reino de los caidos para cobrar mi venganza?
Aquel ser se acercó a Jorim que estaba palarizado por el efecto del arma y le dijo al oido.
Pregunta por Leemán... - le susurró - pero no digas que perdiste la vida por que mi arma te venció envenenando tu debil cuerpo, di que fui yo el que te mató atravesándote con una de mis afiladas espadas sombrias...
Al acabar de decir estas palabras, Leeman clavó violentamente una de sus espadas en el cuerpo de Jorim, atravesando uno de sus corazones, provocándole una gran hemorragía.
Asi por lo menos paracerá que tuviste una muerte heroica, aunque no lo merezcas - le dijo Leeman a la vez que apretaba su arma con fuerza.
Jorim, mi amor - dijo Yiremma alzando su mano entre lágrimas hacia su amado - nos volveremos a ver, estamos destinados a ello...
Jorim extendió su mano hacia Yiremma y al ver sus lágrimas sacó fuerzas de flaqueza, y de un espadazo cortó los dos brazos que sujetaban las espadas que apuntaban a su amada.
Leeman gritó sintiendo un infinito dolor. Sacó el arma del cuerpo de Jorim y acabó con la vida de Yiremma de un sólo corte.
Observa como se le escapa la vida... deja que la oscuridad la envuelva en su manto - Leeman dió unos pasos hacia atras dolorido por la perdida de dos de sus brazos - tu lo has provocado. Carga con las consecuencias.
Jorim se arodilló junto a su amada. Por más que deseaba tocarla, no le quedaban fuerzas. Su cuerpo envenenado estaba completamente gris. Las lágrimas emanaban de sus ojos reflejando el dolor en su alma.
Te prometo que nos volveremos a ver, Yiremma, te lo prometo - le dijo
Leeman comenzó a caminar furioso, dolorido. Le habían hecho perder algo más que su tiempo y quería acabar de una vez por todas con su misión, cuando, inesperadamente, algo cambió en el cielo. El eclipse llegaba a su fin, los primeros rayos de Sol comenzaron a iluminar a aquel, hasta entonces, oscuro bosque. Leeman miró asustado a Jorim, su cuerpo comenzaba a brillar. Apresuró el paso, pero cuando alcanzó a Jorim, este se alzó envuelto en un manto de luz, mirando con infinita ira al asesino de su amada.
Estás muerto  - dijo Leeman - una vez que la oscuridad invade tu cuerpo no hay marcha atras, sólo tengo que esperar para verte morir. Mi arma te arrebató la vida... y tampoco podrás aguantar mucho con un sólo corazón, no malgastes tus fuerzas intentando lo imposible...
No - dijo Jorim - desde el momento que ella dejo de vivir mi vida dejo de tener importancia...
Los poderes del Sol no te la devolverán - dijo Leeman mirando al cielo. El eclipse había finalizado y el Sol brillaba en el cielo cegándole, debilitándole, la oscuridad ya no le daba fuerzas.
No, nadie me la devolverá, pero utilizaré el poder que me queda para eliminarte, no dejaré nada de ti - Jorim agarró a Leeman con infinito odio, golpeándolo violentamente contra el suelo. Leeman se reía, sus carcajadas resonaban por todo el bosque asustando a toda forma de vida que pudiera oirlas.
Nos volveremos a ver... lo sabes - dijo Leeman
Y acabaré contigo de nuevo - respondió Jorim - sólo que esta vez, ella vivirá
Jorim abrió su mano. En su interior habia aparecido una marca con forma circular, parecía un pequeño Sol. Una fuerte luz comenzo a brillar en su interior.
¿Sabes que así moriremos los dos verdad? - dijo Leeman
Yo ya estoy muerto - respondió Jorim colocando su mano en la frente de Leeman.
De pronto, una fuerte explosión de luz lo cubrió todo. Se formó una esfera de llamas donde estaban los dos enemigos y al apagarse ya no había nada, sólo cenizas cubriéndolo todo. Una parte de esas cenizas se posaban sobre el cuerpo de Yiremma, intentando arroparla, intentado protegerla de nuevo, pero otra vez sin exito.
Dioooooooos!!! - gritó Miguel levantándose violentamente. Su padre entró en la habitacíon al escuchar el grito.
¿Que pasa hijo? ¿estás bien? - preguntó acercándose a su sudoroso hijo.
¿Otra pesadilla? - preguntó su madre entrando en la habitación colocándose una bata
Si - respondió Miguel - la pesadilla más rara del mundo, he soñado con... ¿extraterrestres?
Deberíamos acudir al médico otra vez, estas pesadillas no son normales... desde que cumpliste los 18 años se están repitiendo continuamente - dijo la madre acariciando la frente de su hijo
Las 5 de la manaña... que tal si hablamos en el desayuno... vaya inicio de vacaciones de verano... uno acaba las clases pensando en dormir y descansar - Miguel se dejó caer sobre la almohada.
Tendrá huevos el tio... pues no vuelvas a despertarnos con tus gritos - le dijo su padre asombrado - intenta descansar, mañana hablamos... la madre que lo parió
Eh!!!! que estoy presente - dijo la madre dando una colleja a su marido.
Los padres de Miguel abandonaron la habitación apagando la luz y dirigiéndose a su dormitorio entre susurros, dándose su opinión sobre lo que debían hacer.
Miguel intentó volver a dormirse sin exito. Algo le molestaba. La marca de nacimiento circular que tenía en la palma de su mano le dolía y no entendía por que ese ser del sueño tenía una marca igual.
Miguel observó la palma de su mano, rodeando con su dedo la circunferencia e intentando explicarse la coincidencia. Sería una broma de su subsconsciente, pensó.
Desde la ventana de su habitación se veía la luna. Esa noche brillaba más que nunca. A Miguel siempre le había gustado observarla. Era como si su luz le hipnotizara, como si le estuviera llamando. Alzó su mano hacia la luna con la palma apuntando hacia a ella y el dolor comenzó a desaparecer. Una inmensa calma invadió a Miguel y al rato estaba durmiendo de nuevo. Esta vez comenzó a soñar con una chica. Tenia el pelo castaño, los ojos marrones y una piel blanca y brillante como la propia luna, tan brillante como su sonrisa, como sus ojos. Aquel brillo le hipnotizaba tanto o más que el de la luna. Ojalá pudiera recordar su cara al despertar, pensaba Miguel mientras seguía soñando. ¿ Quién sería aquella misteriosa chica?
 En otro lugar, otra casa, una chica de 18 años intentaba dormirse de nuevo después de haberse despertado por culpa de una pesadilla. No era capaz de entender quienes eran aquellos seres con los que había soñado. A aquella chica le comenzó a doler la palma de su mano. En su interior habia una marca de nacimiento con forma de luna...