Rondan el cementerio

jueves, 6 de enero de 2011

Hijos de la luz cap. 3

"LA VERDAD"

La luna brillaba en el cielo iluminando la noche con mas fuerza que nunca. En lo alto de una colina, una pareja tumbada sobre la hierba la observaba hipnotizada por su belleza. Por su aspecto físico y sus vestimentas, hechas con pieles de animales, se trataba de una época muy antigua, en los inicios de la andadura del hombre sobre la faz de la tierra. Aquella pareja se cogió de la mano y en sus palmas comenzaron a brillar dos símbolos, una luna y un sol. La pareja cruzó sus miradas y se preparó para entregarse al intenso amor que sentían el uno por el otro, sin darse cuenta de la malvada presencia que les observaba oculta desde la maleza. De pronto, algo pasó volando golpeando a la mujer, rompiendo la tranquilidad y el silencio de la noche. Cuando aquel hombre intentó auxiliar a su compañera, una roca golpeó brutalmente contra su cabeza y todo se volvió oscuro. En la infinita oscuridad podía sentirse a lo lejos la voz de una mujer. Repetía incansablemente la misma palabra en diferentes idiomas, siempre lo mismo... "sálvame".
Miguel abrió los ojos. Su cuerpo le quemaba, sus músculos se hinchaban y sus venas parecían a punto de estallar por el aumento del riego sanguineo. Sus manos se retorcían de dolor y al mismo tiempo sentía un inmenso poder apoderándose de su cuerpo, reclamando su sitio.
Tranquilo - dijo aquel hombre de pelo blanco - tu cuerpo esta recuperando el poder de los durmientes... toda la experiencia acumulada en tus vidas anteriores, sus conocimientos, todo está volviendo a ti, despertando nuevamente tu verdadero ser.
Miguel se echó las manos a la cara. Por un momento le pareció ver un sol brillando en su mano. A unos pocos metros de él, Estrella se retorcía en el suelo, sintiendo un dolor parecido. A Miguel aquella escena le producía angustia, ahogo, como si le faltara el aire, como si no pudiera soportar la visión  que sus ojos comtemplaban. Que aquella chica sufriera le causaba un gran malestar.
Mientras su cuerpo padecía una dolorosa metamorfosis en la que sus huesos se estaban endureciendo y sus músculos tomaban forma y aumentaban de volumen, Miguel sacó fuerzas y se arrastro hacia Estrella. No entendía por qué, pero sabía perfectamente lo que debía hacer para calmarla. Cuando consiguio llegar hasta ella, instintivamente, colocó la palma de la mano donde estaba su marca de nacimiento que ahora emitía una poderosa luz sobre la frente de Estrella. Su cuerpo de comenzó a brillar, como si estuviera recibiendo energía y al rato dejó de retorcerse para encontrar la calma.
Has convertido su dolor en tu dolor - dijo el anciano - tal como está escrito en las páginas del destino, harás cualquier cosa por ella aunque eso implique que algo malo pueda sucederte.
¿Por qué me haces esto? - preguntó Miguel apretando los dientes en un gesto de dolor, sintiendo como invadía su cuerpo con más intensidad
Tu misión es protegerla de todos aquellos que quieran evitar el nacimiento - le respondió - yo no te hago nada, naciste con ese fin, los dos estabais destinados a que os pasara esto, yo sólo estoy aqui para ayudaros, para haceros entender.
Estrella abrió los ojos y vio a Miguel tumbado a su lado. Algo familiar en él le llamaba la atención. Se dió cuenta casi al momento de que era el extraño chico con el que había estado soñando repetidas veces. Alargó su mano y acarició su pelo. Esa caricia calmó el dolor de Miguel, que se quedó observando a aquella chica, recordando vidas pasadas. Los dos se incorporaron de rodillas, uno frente al otro se miraron en absoluto silencio. Después Miguel acercó su mano a la cara de Estrella y acarició su mejilla sintiendo algo maravilloso al notar el tacto de su piel.
No sé como te llamas ahora - dijo Miguel - pero recuerdo todos tus nombres anteriores, asi como todas las veces que te perdí, las veces que te fallé... perdóname, no pude salvarte...
Miguel rompió a llorar, derrumbándose a los pies de Estrella. Ella, volvió a acariciar su pelo, y le ayudó a incorporarse de nuevo.
Hiciste lo imposible por mi. No te sientas culpable de nada.Lo importante es que estamos aqui otra vez, tú y yo, tenemos otra oportunidad de estar juntos - dijo ella sin dejar de mirarle a los ojos - me llamo Estrella
Yo soy Miguel - le respondió  - y esta vez te protegeré, lo prometo.
Todo estaba en silencio, pero se podían escuchar perfectamente el sonido de dos corazones,  latiendo a la vez, alegres por el reencuentro.
Los dos jovenes acercaron sus caras cuando el anciano les interrumpió con sus palabras.
Creo que ha llegado el momento de dar explicaciones - dijo mirando a la pareja
¿Abuelo Suso? - dijo Estrella - ¿que está pasando aqui?
Miguel miró a su alrededor. Sus compañeros de trabajo estaban completamente inmoviles al igual que los clientes. A uno de ellos se le había caido una porción de pizza de las manos y flotaba en el aire, como si colgara de un hilo invisible. Un cliente que iba camino del baño permanecía quieto en medio del local. Miguel miró a la calle. Los coches que circulaban por la carretera estaban todos parados. La gente por las aceras parecían estatuas. Incluso a un niño pequeño se le habia escapado un globo y alli permanecia, inmovil, con el brazo estirado intentando coger el globo que se encontraba a 2 metros de el, flotando, completamente quieto.
Tranquilo - dijo Suso mirando a Miguel - he detenido el tiempo. Es una medida de seguridad, la raza humana no debe formar parte de esta lucha, deben permanecer al margen. No les pasará nada si permanecen en ese estado. Los sombríos no podrán detectarlos.
Esto es alucinante, no sé de que hablas, es imposible - dijo Miguel intentando ponerse de pie. Al apoyar su mano sobre el mostrador, este se hizo añicos.
Cuidado - dijo Suso - tu fuerza todavía no ha encontrado su equilibrio, llevaba durmiendo en ti 18 años, debes aprender a controlarla poco a poco.
Estrella tocó con su mano la pierna de Miguel y este sintió una gran calma.
Estar a tu lado me hace sentir bien, recuerdo nuestras vidas pasadas, el amor que compartimos, pero no recuerdo cual es el fin de todo esto - dijo Miguel mirando a Estrella - puedo sentir que tu formas parte de mi
Y forma parte de ti - dijo Suso - fuiesteis creados por la naturaleza con un fin, que vuestro amor fuera la luz que diera paso a una nueva vida. Sólo vosotros dos podeis hacerlo, de vuestro amor nacerá algo maravilloso.
No soy capaz de recordar nada de eso - dijo Miguel moviendo la cabeza de un lado a otro - no recuerdo haber hecho nada de eso en mis otras vidas
Eso es por que nunca conseguisteis completar vuestra misión, los sombrios siempre acabaron con vosotros una y otra vez - dijo Suso - y si esta vez también fracasais, el proceso empezará de cero otra vez, volvereis a nacer, en otro mundo, en otros cuerpos, en otra época, sólo que cada fracaso vuestro, es un paso adelante para la oscuridad. Cada derrota vuestra hace más fuerte a la oscuridad, por eso esta vez yo os ayudaré. No podemos permitir que el universo vuelva a convertirse en una masa oscura, vacia, sin luz...
¿Quienes somos realmente? - preguntó Estrella - tú eres mi abuelo... te recuerdo desde que era niña
Te he cuidado desde tu nacimiento como si fueras mi verdadera nieta, como a una hija - respondió Suso - eres hija de la madre naturaleza, fuiste concebida utilizando el poder de la luna, por eso tienes su fuerza, su espiritu...
¿qué yo soy hija de la naturaleza? - preguntó Estrella - ¿qué me estás contando? ¿que nací de un árbol o algo asi? no te entiendo... ¿y la historia que me contaste sobre mis padres?el accidente que acabó con sus vidas, como me cuidaste después de aquello...
Lo siento, todo mentira, necesitaba que crecieras creyendo que eras una chica normal - respondió el abuelo Suso
¿Y yo? - preguntó Miguel - ¿mis padres? yo sí tengo padres... ¿que pasa con ellos?
No - dijo el abuelo Suso - tu fuiste adoptado, yo mismo me encargué de elegir a tu familia. Tu también fuiste concebido por la naturaleza, utilizando los poderes del sol, por eso tus poderes dependen de su luz
No lo entiendo - dijo Miguel - ¿esto era necesario? ¿hacernos vivir una vida que no era nuestra era necesario?
Necesitaba que os criarais separados el uno del otro sin saber la verdad - respondió el anciano - podría haber sido muy peligroso para vosotros si el despertar tuviera lugar antes de tiempo, la única forma de retrasarlo era separaros. De otra manera, los sombrios ya habrían dado con vosotros y os habrían encontrado muy debiles, seriais presa fácil para ellos.
¿Quienes son los sombrios? ¿por qué siempre nos persiguen? - preguntó Estrella
Los sombrios - dijo Suso - son el ejercito de la oscuridad. Su misión es evitar que la luz se expanda por el universo. Desean que la nada vuelva a cubrirlo todo con su oscuridad. Quieren acabar con vosotros por que sois los hijos de la luz, su mayor enemigo.
¿Hijos de la luz? ¿nacidos de la naturaleza? - dijo Miguel - nosotros dos somos como... ¿hermanos?
No - respondió Suso - vuestro ADN es diferente, superior al ADN humano, no teneis nada que ver el uno con el otro. Lo único en lo que os pareceis es en que la luz os hace fuertes. Tu fuerza reside en el Sol mientras que la de Estrella reside en la luna. Vosotros fuisteis creados con un fin y de vosotros depende que se cumpla o no.
¿Cual es nuestro fin? - preguntó Miguel - recuérdame por lo que luché en mis anteriores vidas además de por proteger lo que amaba
Vosotros dos debeis tener un hijo - dijo Suso - y ese hijo se convertirá en un ser todopoderoso
Estrella se puso toda colorada al escuchar aquellas palabras que decía su abuelo pero teniendo a su lado al hombre que amaba, la idea no le disgustaba tanto.
El dia que vuestro hijo nazca, se encenderá un nuevo Sol en el universo - dijo Suso - y se formará un nuevo sistema solar, con sus planetas. Con el paso del tiempo y gracias a la luz, la vida nacerá en alguno de esos planetas y vuestro hijo tendrá que afrontar su papel de creador.
Un momento - dijo Miguel - ¿nuestro hijo provocará que nazca un nuevo sol y se cree la vida en otra galaxia?
Si, vuestro hijo dará lugar al nacimiento de una nueva luz y eso es lo que quieren evitar los sombrios - dijo Suso - no quieren que la luz avance más, quieren que reine la oscuridad y que no haya vida en el universo.
Pero entonces hay algo que no me encaja - dijo Miguel - ¿quien creó este Sol que nos ilumina ahora? ¿como surgió nuestra luz?
Mis padres lo crearon, consiguieron que yo naciera y, conmigo, vuestro Sol - dijo el abuelo Suso - yo nací en otro planeta, mis padres eran como vosotros y consiguieron completar su misión. Yo crecí, viví una vida normal y en el momento de mi muerte el destino me reclamó, vine a este sistema solar para ocupar mi lugar, para cuidar lo que yo había creado.
Tu... mis padres.... ¿por que elegiste a mis padres? - preguntó Miguel
Su alma es pura, yo puedo ver el alma de la gente - respondió Suso
¿tiene algo que ver con sus nombres? - preguntó Miguel
El abuelo Suso observó en silencio a Miguel que no podía dar crédito a lo que estaba pensando en ese momento.
¿Como se llaman tus padres? - preguntó Estrella
De pronto, unos chillidos comenzaron a oirse fuera del local. Miguel dirigió su mirada a la calle y pudo ver como las sombras de la gente comenzaban a tomar vida propia.
¡Mis padres! - dijo Miguel incorporándose de golpe - están en peligro
Miguel salió corriendo del local cogiendo a Estrella de la mano. Cruzó las calles entre gritos de sombras volviendo a la vida, estirandose, como si hubieran estado esperando mucho tiempo  y les costara moverse.
No debes temer - gritó Suso mientras corría tras ellos - no les haran daño, las sombras no pueden ver, sólo detectan la vida y toda esta gente permanecerá asi hasta que yo lo decida, no podrán hacerles daño, no sabrán que están ahí
Miguel se detuvo delante de su casa. Una gigantesca sombra viviente la rodeaba como queriendo entrar en ella, cubriéndola de arriba a abajo, desplazándose rapidamente por sus paredes buscando algo desesperadamente.
Pueden sentir que tu presencia estuvo en esa casa, pero no harán nada a tus padres que están dentro, confía en mi, no les pasará nada, debeis venir conmigo a un sitio seguro antes de que los sombrios recuperen sus fuerzas - dijo Suso
Mis padre se llaman José y María - dijo Miguel - no es una coincidendia, ¿verdad abuelo Suso? ¿o debería decir Jesús?
Estrella y Miguel miraron con asombro a aquel hombre esperando una respuesta. El anciano les miró envuelto en un aura de paz y tranquilidad.
Si - dijo - yo soy aquel al que vosotros llamais Dios.

1 comentario:

  1. IVANTXU RODRIGUEZ6 de enero de 2011, 21:50

    JODER COMO TE LO TIENES MONTADO!!! ESTA GENIAL!!!
    AY AY AY .... CUANTO TALENTO PERDIDO ENTRE LOS SURTIDORES....

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